
Bill Gates asegura que la inteligencia artificial no reemplazará a los médicos sino que «multiplicará su alcance»

El cofundador de Microsoft, Bill Gates, prevé que la IA transformará la salud y la educación, pero no desplazará a los profesionales, sino que ampliará su alcance.

Desde que comenzó a implementarse, Bill Gates insiste con su postura: la Inteligencia Artificial no es un reemplazo, sino un multiplicador de las capacidades humanas, especialmente en áreas críticas como la medicina y la educación.
Durante una charla en Harvard, el cofundador de Microsoft trazó un paralelismo entre la llegada de la computación personal en los años 80 y el desembarco de la inteligencia artificial en la actualidad. Así como entonces defendió la idea de una computadora en cada escritorio, hoy imagina médicos virtuales y tutores digitales disponibles de manera gratuita y masiva.
El magnate reconoce que la velocidad del cambio puede ser “un poco aterradora”, pero al mismo tiempo asegura que abre una ventana inédita: llevar servicios de calidad a lugares donde antes era impensado. Según su visión, la IA será capaz de llevar la consulta médica a un hospital desbordado o a una comunidad aislada, multiplicando la presencia del profesional sin reemplazarlo.
Para Bill Gates la IA permitirá al ser humano elegir sus trabajos
Uno de los puntos más disruptivos de su planteo es el rol de la inteligencia artificial y el empleo en la sociedad. Gates sostiene que gran parte de las ocupaciones históricamente surgieron para suplir carencias —producir alimentos, transportar mercancías, fabricar bienes—, pero con la inteligencia artificial esa lógica se desarma. “No nacimos para trabajar, nacimos para vivir”, lanzó en una de sus intervenciones públicas.
Esto abre un interrogante que trasciende lo tecnológico: ¿qué pasará con el propósito personal en un mundo donde no se dependa del trabajo para sobrevivir? Para Gates, la clave estará en la libertad de elegir. En lugar de estar atados a la escasez, las personas podrán decidir si dedican su tiempo a la ciencia, al arte o a proyectos comunitarios, con la tranquilidad de que muchas de las necesidades básicas estarán cubiertas por sistemas automatizados.
En el ámbito de la salud, su visión es clara: los diagnósticos y tratamientos podrían superar las limitaciones de la memoria y el conocimiento humano. La amplitud de datos que manejan los algoritmos permitiría identificar patrones y detectar enfermedades con mayor precisión. “Con el tiempo, las máquinas probablemente sean superiores a los humanos en diagnósticos”, reconoció, aunque aclaró que eso no significa prescindir del médico, sino expandir su alcance.
La educación es otro terreno donde Gates anticipa un giro radical. Imagina tutores digitales capaces de identificar debilidades de cada estudiante, adaptar contenidos en tiempo real e incluso motivar a quienes se desaniman. Un cambio que podría cuestionar la figura del maestro tradicional, aunque también abrir nuevas oportunidades de aprendizaje en comunidades marginadas.
Ahora bien, no todos comparten su optimismo. Mustafa Suleyman, CEO de IA en Microsoft, advierte que la inteligencia artificial puede ser “enormemente desestabilizadora” para la fuerza laboral, al reconfigurar oficios enteros y generar desempleo en masa. Esa tensión entre la promesa de equidad y el riesgo de exclusión marca el pulso del debate global.
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