
Carlos Suárez: «Vamos a colocar inhibidores de celulares en los pabellones»

El servicio penitenciario implementa requisas permanentes, bloqueadores de señal y proyecta un sistema de teléfonos semipúblicos para supervisar las comunicaciones de los internos.
En una entrevista con el periodista Juan Pereyra, el director del servicio penitenciario de Chimbas, Carlos Suárez, brindó un amplio panorama sobre las medidas que se implementan para controlar el ingreso y uso de teléfonos celulares dentro de la unidad.
Suárez destacó que se realizan requisas permanentes, tanto manuales como electrónicas, y aseguró que “trabajamos 24-7 con requisas, digamos, exhaustivas… el sistema de escáner y el sistema operativo que se lleva a cabo de manera permanente en los distintos pabellones de los sectores ha ido disminuyendo el tema de las cantidades en su momento de años anteriores de teléfonos celulares como también de estupefacientes”.
Gracias a estas medidas, se logró una reducción del 50% en el ingreso de teléfonos celulares respecto a años anteriores. Las requisas se realizan de manera sorpresiva en distintos horarios —mañana, tarde, noche y madrugada— y se complementan con un seguimiento constante de las actividades dentro de los 22 pabellones del penal.
El ingreso de celulares ocurre principalmente a través de visitas, aunque también se han registrado casos puntuales relacionados con el personal, si bien “han sido años mucho para atrás, más de 6, 7, 8 años, digamos, que no hemos tenido ese caso con intervención de un penitenciario”. Para reforzar la prevención, el penal trabaja con canes especializados, capacitación constante del personal y análisis de nuevas tecnologías para el control de pabellones y perímetros.
Entre los proyectos futuros se encuentra la implementación de un sistema de teléfonos semipúblicos, similar a los teléfonos públicos tradicionales, en el que cada interno podrá realizar llamadas mediante una tarjeta precargada. “Cada pabellón tendría su teléfono semipúblico… el interno tendría la tarjeta y con esa tarjeta él llevaría a cabo las llamadas que tenga, digamos, el cupo de esa tarjeta”, explicó Suárez. El personal de contacto supervisará el uso de estos teléfonos, controlará el tiempo de las llamadas y registrará cada comunicación en un libro de actos.
Asimismo, se proyecta la instalación de inhibidores de señal únicamente en los pabellones, de manera que los internos no puedan utilizar celulares dentro de esas áreas, sin afectar los sectores externos del penal. Esta medida se encuentra en fase de desarrollo junto con especialistas en informática y electrónica, y se prevé implementarla durante el próximo año.
El objetivo del penal de Chimbas es cerrar progresivamente las brechas que permiten el ingreso de teléfonos y estupefacientes, combinando tecnología, supervisión y capacitación del personal, garantizando así la seguridad de la institución y el control de las comunicaciones dentro del servicio penitenciario.