
Fiesta fierrera: El Villicum explotó con el Desafío de las Estrellas

Banderas al viento, asado en las parrillas y 45 mil gargantas rugiendo al ritmo de los motores. El Turismo Carretera volvió a hacer temblar el Circuito San Juan Villicum y la fiesta tuvo dueño: Martín Vázquez.
Desde temprano, el sol pintó de oro el asfalto y los taludes naturales se llenaron de familias, amigos y peñas fierreras. El humo de los asados se mezclaba con el de los escapes, y en cada rincón se respiraba pasión por Ford, Chevrolet o Torino. La rivalidad de siempre estuvo, pero la fiesta fue de todos: cantos, bombos y trapos que no pararon ni un minuto.
Cuando el semáforo se apagó, la adrenalina estalló. El pelotón salió a puro vértigo y el espectáculo en pista estuvo a la altura. Vázquez, con manejo fino y cabeza fría, se llevó el triunfo y un lugar en la historia del Villicum.
El final fue de abrazos, selfies y promesas de regreso. Porque más allá de quién ganó, las 45 mil almas que coparon Albardón saben que el TC es mucho más que una carrera: es una pasión que se vive con el corazón a fondo.