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Murió el “Loco” Gatti: Se apagó una leyenda irrepetible del arco argentino

Murió el “Loco” Gatti: Se apagó una leyenda irrepetible del arco argentino
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Tenía 80 años y estaba internado en Madrid. Fue campeón con Boca y River, atajó hasta los 44 años y revolucionó el puesto con su estilo único y provocador.

El fútbol argentino está de luto: este domingo falleció Hugo Orlando Gatti, el mítico arquero que marcó una era con sus atajadas, su personalidad arrolladora y su inconfundible apodo: el Loco. Tenía 80 años y se encontraba internado en Madrid, ciudad en la que vivía desde hace varios años y donde también se desempeñaba como panelista de programas deportivos.

Gatti no fue un arquero más. Fue una figura que rompió los moldes en un puesto históricamente conservador. Su estilo era arriesgado, casi temerario: jugaba lejos del arco, gambeteaba delanteros, y muchas veces parecía más un líbero que un guardameta. Esa locura, muchas veces criticada, se volvió su sello y lo convirtió en ídolo para muchos y en un personaje ineludible del deporte nacional.

Nacido en Carlos Tejedor, provincia de Buenos Aires, el 19 de agosto de 1944, Gatti debutó profesionalmente en Atlanta en 1962. Luego pasó por River Plate, Gimnasia y Esgrima La Plata, y finalmente Boca Juniors, donde alcanzó la cúspide de su carrera. En el Xeneize se transformó en ídolo absoluto: ganó títulos locales e internacionales y atajó hasta los 44 años, un récord difícil de igualar. En total, jugó más de 700 partidos y fue durante años el arquero con más presencias en el fútbol argentino.

Uno de sus momentos más recordados ocurrió en 1976, cuando le atajó un penal decisivo a Rubén Suñé en una final frente a River. Fue campeón del Metropolitano y el Nacional con Boca, además de levantar la Copa Libertadores en 1977 y la Intercontinental ese mismo año.

Pero el Loco también dejó huella fuera del campo. Fue pionero en usar vinchas, camisetas ajustadas y pantalones llamativos. Tenía frases célebres, como su repetido “Maradona es más que Pelé”, que repetía en los estudios de televisión españoles, donde su figura siguió siendo popular.

Polémico, carismático, pasional y fiel a su estilo hasta el final, Gatti supo construir una leyenda a fuerza de rebeldía. No se adaptó a los tiempos: los tiempos lo terminaron adaptando a él.

Hoy el fútbol despide a un ídolo, a un distinto. El Loco Gatti ya no está, pero su figura seguirá viva cada vez que un arquero se anime a salir jugando, cada vez que alguien desafíe las normas del juego con personalidad y locura. Porque si hay algo que Gatti enseñó, es que el fútbol también se juega con el alma.

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